Capítulo 1: Construcción y Comercio
Los colonos de Villa Ebro se dividieron las tareas según sus habilidades y comenzaron a trabajar unidos para construir su nuevo hogar. La ermita fue uno de los primeros edificios que se levantaron, un lugar sagrado donde podían orar y buscar consuelo en momentos difíciles. A su alrededor, se instalaron puestos artesanos, esenciales para el desarrollo del poblado. La forja, siempre en constante bullicio, producía herramientas y armas, mientras que el puesto de cerámica, con su delicada artesanía, proporcionaba utensilios para el día a día.
El comercio empezó a florecer, convirtiendo a Villa Ebro en un centro de intercambio y progreso. El sonido del metal golpeando el yunque y la rueda de alfarero girando se convirtieron en la banda sonora de una comunidad en crecimiento.